El oxígeno es un elemento imprescindible para que nuestro organismo funcione correctamente ya que interviene en la gran mayoría de sus procesos, entre ellos en la transformación de los alimentos en energía. Por ello, hay una relación directa entre la respiración y nuestra condición física: si la primera se hace de manera adecuada, la segunda se beneficiará sin duda.
Infórmate sobre la utilidad de esta gran función corporal:
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Incrementa el número de glóbulos rojos.
Una buena oxigenación brinda adecuadas condiciones para producir mayor cantidad de sangre y con esto, poder eliminar fácilmente toxinas.
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Mejora la capacidad del cuerpo para asimilar los alimentos.
El oxígeno participa del metabolismo de nuestros organismos, proceso esencial para transformar alimentos en energía.
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Favorece el funcionamiento del sistema nervioso.
El oxígeno que reciben nuestro cerebro, columna y nervios permite una buena relajación de los mismos, comunicando este estado de calma a la mente y cuerpo. Si hacemos una rutina de respiración pausada y profunda podemos también calmar un corazón acelerado, un músculo agotado o atravesar satisfactoriamente estados de ansiedad.
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Mantiene en buen estado a la glándula pituitaria.
Esta es la glándula que controla las funciones de las demás y regenera sus células gracias al ingreso correcto del oxígeno. Es importante conservarla en condiciones apropiadas para evitar problemas hormonales de cualquier tipo.
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Brinda mayor fuerza y salud a los pulmones.
Con una buena respiración se mejora la capacidad pulmonar previniendo al organismo de enfermedades respiratorias. Además brinda mayor elasticidad a este órgano, favoreciendo su resistencia ante el esfuerzo.
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Aumenta la vitalidad del corazón.
Respirar profunda y lentamente aumenta la eficiencia de las funciones cardíacas previniéndonos de posibles deficiencias.
Respirar adecuadamente es importante incluso en momentos de descanso o cuando dormimos, porque un sueño reparador depende también de ello. Es esencial mantener atención y cuidado a nuestra respiración para estar seguros de realizarla correctamente y así garantizar el rendimiento de nuestro organismo en todos los momentos de nuestro día. Si percibes alguna deficiencia o molestia al inhalar o exhalar, acude a un médico especialista para evitar cualquier complicación posterior.